Hoy día de celebración de Sant Jordi, dedicaré esta entrada al estudio de un «libro» y digo «libro» porque lo que llegó a mis manos fue simplemente el folio de la portada, nada más y nada menos. La siguiente entrada consiste en el trabajo desarrollado para la asignatura de Historia del Libro, en el marco del máster «Bibliotecas y Colecciones Patrimoniales» que estoy cursando. El trabajo consistía en aportar la mayor información sobre una portada de libro suelta. Esto es lo que pude averiguar sobre ese papel, sin imaginarme que detrás de aquella hoja se escondía una interesantísima historia de antiquísima tradición editorial.
Una portada perdida
Serica si nitidae pandis miracula telae
Moenia nulla vides aemala staretius,
Quae superemineant, si quoeritur una typorum
Gloria, Lugdunum, moenia nulla vides.
Pierre Rostain.
Contenido de la portada
La portada es la primera toma de contacto informativa del lector con el libro, este es un espacio en que hablará por sí mismo sobre su autor, contenido e impresor. Las portadas han sido diseñadas de muchas formas durante los siglos, éstas seguían los preceptos estilísticos de su época. Las portadas se pueden clasificar dependiendo de los elementos visuales que incorpore: tipográfica, heráldica, arquitectónica, o de invocación. En este caso, se trata de una portada tipográfica caracterizada por incorporar elementos iconográficos como por ejemplo orlas, heráldica, marcas de impresor etcétera. Como elemento iconográfico encontramos una xilografía alegórica que corona el pie de imprenta. En esta portada en concreto encontramos una fórmula muy extendida a lo largo de la producción bibliográfica del siglo XVII, conformada por los siguientes elementos: Datos del autor de la obra, título, imagen y pie de imprenta.
Autoría
El primer tercio del folio está ocupado con la información perteneciente al autor de la obra (Il.1).

El primer sector da comienzo con la abreviatura latina “C.L VIRI” ó clarissimus vir. Esta abreviatura se refiere a vir ilustris ó “hombre ilustrado”[1]. Se trata de una indicación formal de estatus, cuyo origen se remonta a época romana. A lo largo del tiempo esta apelación sufrió variaciones y es muy común encontrarlas como apelación formal al autor en la edición de los siglos XVI y XVII.

A continuación, da comienzo la titulación del autor compuesta por su primero por su nombre “D. PETRI MICHAELIS DE HEREDIA” y su gentilicio “COMPLUTENSIS”. Seguidamente se procede a nombrar los cargos que ostentó el autor, en este caso: “PRIMARII ET DECANI, ATQUE REGIS CATHOLICI HISPANIARUM PHILIPPI IV. ARCHIATRI”.
Título de la obra
En el segundo tercio de la portada se muestra el título de la obra, el volumen y una breve explicación del contenido (Il.4).

El título de la obra en la portada se mantiene intacto siguiendo la tradición de los incunables[1], existen otras posiciones del título, como su aparición en el colofón en el caso de los preliminares legales o a lo largo del libro. En el caso que nos atañe, el apartado del título indica el nombre de la obra “OPERVM MEDICINALIVM” y el volumen correspondiente “TOMVS TERTIVS”. En el caso del cuarto volumen de esta misma obra[2] se divide en dos partes y de ese modo queda constancia bajo la información del número de tomo (Il.5).

La homogenización de la estructuración de las portadas comenzó a extenderse en el transcurso del siglo XVI, donde mencionar el autor será lo más importante. En la península ibérica, la Inquisición prohibió en 1554 la producción de libros anónimos. Este hecho se entiende bajo la premisa contrarreformista promulgada por el Concilio de Trento en el transcurso del siglo XVI. Estas ordenanzas como “La pragmática” de 1558, estipularon la importancia la inclusión del nombre del autor “en principio de cada libro”. Si esta incipiente normativa ya se instauró un siglo antes de la producción de la portada objeto de este estudio, entendemos que la homogenización de la estructuración de las portadas ha atravesado fronteras, ya que en otros casos de alrededor de Europa se mantiene el mismo esquema, en el que el nombre del autor se mantiene como elemento fijo de la portada[1].
Imagen e iconografía
A continuación, entre el título y el pie de imprenta, esta edición incorpora una xilografía metafórica (Il.6a). Esta es una imagen recurrente en las ediciones Arnaud-Borde.

Se trata de una estampa alegórica de clara mirada al pasado clásico grecorromano. Las tres figuras representadas corresponden a tres personificaciones cuya iconografía ha sido muy recurrente en la imaginería durante siglos, en especial durante el barroco. El Concilio de Trento (1545- 1563) dedicó mucho esfuerzo en enaltecer y reforzar el poder de las imágenes como método para empoderar sus cualidades dogmáticas[2]. Ya entrado el siglo XVII, el barroco continuó asimilando el mensaje post tridentino, produciéndose una eclosión del fervor por las imágenes a través de poderosas fórmulas visuales ricas en significado.
Las tres personificaciones son fuertemente significativas por separado, pero la tríada que componen supone la reafirmación del significado del mensaje inscrito en la orla que los circunscribe.
La primera figura corresponde a una mujer joven como se ha mencionado antes, a la Fortuna[3], Diosa romana entendida como la regidora del destino. Se le representa de gesto grácil y dinámico sobre una esfera a los pies, largo cabello y un cendal que la enmarca. Inmediatamente su mirada da paso al reloj de arena y la guadaña que sostiene la representación de Kronos[4] -el Tiempo- a su izquierda. La personificación del tiempo ocupa la posición central de la imagen. En el renacimiento y el barroco se le concibe en general como un anciano barbudo, alado y desnudo, tal y como se muestra en la imagen de la portada. Este personaje, mediante el reloj de arena alado, la guadaña y el rápido movimiento mediante el cual es representado, está fuertemente vinculado a la concepción cristiana de la fugacidad de la vida, otro pensamiento constantemente teorizado por las estipulaciones tridentinas. La fugacidad de la vida en sus numerosas variantes y el género de las vanitas constituyen las iconografías más recurrentes del siglo XVII. Finalmente, la tercera figura situada al lado opuesto de la Fortuna, es la personificación de la Virtud[5]. La Virtud personificada como una mujer joven con armadura y armada con un báculo, mira hacia Kronos y la Fortuna, concluyendo así el ciclo alegórico.
De modo que imagen y texto dialogan entre sí para ofrecer un fuerte y directo mensaje que alude a la Fortuna y cómo ésta cultiva la semilla en la tierra, el Tiempo mantiene su correcto crecimiento para que finalmente, con esmero, florezca la Virtud con toda su fuerza.
El lema: “SEMINA FORTUNAE GEMINAT CUM TEMPORE VIRTUS” que rodea la escena mediante la orla supone el título de la mentalidad de una época. Ya en el 1549 (casi un siglo antes de la creación de esta portada) el Obispo de Malinas aconseja a un joven Felipe II: <<el camino de la Virtud es áspero, difícil y lleno de gran trabajo a los principios; pero llegado a cabo dél, dará apacible descanso y inmortal honra a todos los que con entero ánimo lo pasaren.[6]
Como curiosidad, en el primer tomo de la primera edición de 1665, se utiliza un dibujo único que sólo se verá en dicho tomo, tanto en los consiguientes volúmenes de la misma edición, como en ediciones posteriores. Ello no supone un cambio sustancial a nivel iconográfico, simplemente los personajes antes comentados cambian de posición dentro de la escena (Il. 6b).
Todo apunta que el autor de los grabados – al menos de la edición de 1665- es François Cars I (ó el viejo), un grabador parisino asentado en la Rue de Mercières de Lyon. Figura su nombre en la parte inferior del retrato de Pedro Miguel de Heredia situado en el primer volumen de la Opera Medicinalia (Il. 6c).


Finalmente, en el registro central inferior de la escena, los impresores sitúan su marca tipográfica, conformada por las iniciales de Ainaud, Borde y Rigaud[7] (Il.7). Es interesante remarcar cómo en diferentes ediciones de la misma obra, la marca tipográfica va modificándose dependiendo de los impresores asociados (Il.8).

Pie de imprenta

En el último sector del folio de la portada se encuentran los datos referentes al lugar de la impresión, los impresores, el año y datos legales.
El pie de imprenta de esta portada incluye la siguiente información: Lyon fue el lugar de la impresión. Seguidamente, aparece la abreviación “Sumptibus” lo cual indica “a costa de “, es decir, la financiación y edición del libro. Felipe Borde y su hijo Pierre, Laurent Arnaud y Guillaume Barbier son los responsables de la edición.
La fecha de impresión se sitúa en el 1665, dos años después de la unión de Guillaume Barbier a la sociedad Borde-Arnaud y como dato legal se somete a privilegio real, es decir “CVM PRIVILEGIO REGIS”. En este caso, la concesión provenía del mismo rey Luis XIV (1654-1715).
Los primeros privilegios se remontan a Italia cuando, en el 1469, Antonio Caccia y Johannes Spira solicitaron a las autoridades venecianas el privilegio exclusivo para imprimir en la región del Véneto durante cinco años[8]. Los privilegios también se solicitaron para introducir cambios de formato o tipográficos, como por ejemplo la cursiva de Aldo Manuzio en 1501.
Por lo tanto, tener el privilegio real era la concesión de una autoridad a una persona física o jurídica para poder comercializar el libro.
Marca de propiedad
La portada que nos ocupa en este estudio incorpora en la zona del pie de imprenta un ex-libris. Dicha marca de propiedad está escrita a mano a lado y lado de la palabra “LVGDVNI”. Se lee lo siguiente: “Ex. Libris Do[minus] Petri Batlle Reusensis” (Il.10).

La información que proporciona esa inscripción revela diferentes hipótesis:
- Un alcalde (batlle en catalán) de Reus llamado Pedro/Pere
- Un alcalde de Reus llamado Pedro/Pere Batlle
- Un ciudadano de Reus llamado Pedro/Pere Batlle.
En cualquier caso, la segunda opción es más plausible ya que atendiendo a la lista de alcaldes de Reus en el siglo XVIII[9] figuran tres alcaldes que fueron médicos llamados Pere Batlle.
Según la lista de alcaldes de Reus entre 1719 y 1798[10], figuran tres que corresponden con el nombre de la marca de propiedad: Pere Batlle (1728-1731), Pere Batlle (1741-1742) y Pere Batlle (1755- 1756) Los tres fueron médicos de profesión, lo cual indica una posible vinculación del oficio y el contenido del libro, es decir, un libro de medicina para un médico podría ser una hipótesis como punto de partida.
La edición “De Heredia Complutensis: Operum Medicinalium”
El doctor Pedro Miguel Heredia (Toledo, 1579 – Madrid, 1655) fue un reconocido médico español, catedrático de anatomía en 1619 por la Universidad de Alcalá y catedrático de Prima en 1623. En 1643 fue nombrado médico de Felipe IV. Se le ha considerado como un galenista “moderado” y/o de “transición”.
Su obra más famosa es la Opera Medicinalia ó Operum Medicinalium, publicada en 1665 por primera vez en Lyon[11] en la imprenta de la sociedad Borde-Arnaud. Consta de cuatro volúmenes:
- Operum Medicinalium: Tomus Primus
- Operum Medicinalium: Tomus Segundus
- Operum Medicinalium: Tomus Tertius
- Operum Medicinalium: Tomus Cuartus
Los cuatro volúmenes de la primera edición se pueden encontrar en la biblioteca histórica de la Universidad Complutense de Madrid y en formato digitalizado[12]. Se conoce que ha habido como mínimo tres ediciones más llevadas a cabo por la misma imprenta en cuestión; en 1673[13], 1688 -1689[14] y 1690[15]
La portada escogida para este estudio, se corresponde con el tercer tomo de la primera edición del Operum Medicinalium de 1665.
Centro y periferia: la polaridad París – Lyon en la edición del siglo XVII.

Desde la aparición de la prensa de tipos móviles en Alemania a finales del siglo XV, Francia fue uno de los primeros países receptores de dicha técnica. Sólo a París y Lyon se les atribuye el 80%[16] de la producción libraria. El primer libro editado en Lyon se data en el 1473, sólo tres años después que París. Fue a partir de ese momento que la ciudad de Lyon comenzó una intensa actividad en la edición de libros.
A lo largo de la primera mitad del siglo XVII, se vio favorecida por el patrocinio de Luis XIII (1608-43). El monarca tomó diversas políticas relacionadas con la edición, una de ellas fue establecer en 1620 una imprenta privada en el palacio del Louvre. El interés del rey por las cuestiones administrativas de su país le llevó a crear una ordenanza en 1618 para regular el comercio. Esto significaba que para conseguir el derecho de <<privilegio real>> para explotar durante ciertos años los derechos de una obra, los libreros franceses estaban obligados a declarar en presencia de dos oficiales de la corona, lo que se convirtió esta práctica en un órgano de la administración real plenamente absolutista y no un cuerpo auto gobernante. De este modo se facilitaba el control de los impresores con licencia, no obstante, conllevó una restricción drástica que rebajó el número de impresores con licencia real a 36 en París, 18 en Lyon y Rouen y a 12 en Burdeos[17].A pesar de las normativas establecidas, la intensa producción libraria en este siglo fue muy destacable. Se llevaron a cabo importantes empresas y lujosas ediciones financiadas por la monarquía, dinastías de libreros se consolidaban y cada vez más artistas de primera categoría como Nicolas Poussin colaboraban en la edición de numerosos libros.
Un régimen centralista y absolutista como lo fue la Francia del siglo XVII, puede hacer pensar que más allá de las fronteras metropolitanas de París todo fuera oscuridad y yermo. Lyon, descrita por el bibliotecario local Aimé Vingtrinier la describe así: <<De même que la terre n’est plus le centre et la pièce importante de l’univers, Lyon n’est plus le centre ni la capitale de la vaste vallée du Rhône. La terre est devenue tout à coup un humble satellite du soleil; Lyon, une petite ville de la banlieue de Paris: l’une, grain de sable perdu dans les espaces>>[18].
La bibliografía francesa tiende a remarcar la dicotomía capital-provincia en muchos de sus estudios, pues las numerosas políticas centralizadoras siempre favorecieron al centro de la producción y no a la enorme periferia que supone el territorio francés. La producción de libros en una ciudad como Lyon, a 392 km de París, no es una excepción. A pesar de la grandiosa maquinaria parisina -superior en muchos otros aspectos; artísticos, económicos, y políticos- a cualquier otra región del país, Lyon se abre paso victoriosamente a lo largo del siglo XVII como centro de la imprenta provincial.
Ya en la segunda mitad del XVII, consolidada en una fecunda trayectoria editorial a lo largo de los siglos XVI y XVI, llegó a tener oficialmente cuarenta y dos librerías en funcionamiento[19]. Lyon no tenían nada que envidiar a las imprentas parisinas. Un rasgo importante a tener en cuenta, es la producción de libros en diferentes idiomas, especialmente en castellano e italiano, lo cual indica una intensa relación comercial más allá de las fronteras francesas. La proporción de talleres activos en París-Lyon es proporcional, teniendo en cuenta las dificultades reales de la industria provincial. Si en 1700, París contaba con 180 talleres en funcionamiento, Lyon contaba con 88[20].
Aimé Vingtrinier, en su “Histoire de l’imprimerie a Lyon” contabilizaba sólo para el siglo XVII un total de 75 libreros. No obstante, se puede afirmar que existían más, pues el taller de la sociedad Arnaud-Borde no consta en esta lista.
La segunda mitad del siglo XVII supuso un fuerte golpe para la edición en esta ciudad fruto de inestabilidades políticas y conflictos con Alemania. En 1681 Estrasburgo pasa a convertirse en territorio germánico. Los libreros lioneses se sienten inseguros por un comercio vulnerable y muchos de ellos deciden imprimir sus libros en Ginebra, Suiza[21]. A partir del siglo XVIII se describe un incesante declive que desequilibrará la balanza a favor de París.
El taller y los editores: la sociedad Ainaud, Borde, Barbier
En la Rue Mercière 42, lo que hoy es el “Café du XXe Siecle”, hace 355 años fue la imprenta de la compañía Laurent Arnaud, Philippe Borde y su hijo Pierre. Philippe Borde abrió el taller por primera vez en 1629 y hasta su muerte, en el 1669, estuvo en el frente del negocio. En el mismo año que abrió el establecimiento, se casó con la hija del reputado librero lionés Claude Rigaud. En 1640 se queda viudo y casa en segundas nupcias con la viuda del librero Gabriel Boissat.
A partir de estos hechos, Philippe Borde no trabajará solo, sino que se asociará primero, entre 1629 y 1641 con su suegra, viuda de Claude Rigaud. En 1640, al morir su esposa, hija de Claude Rigaud, se desvincula de esta familia y se asocia hasta 1669 con Laurent Arnaud. Otras colaboraciones se le unieron en el transcurso de actividad profesional: Laurent Durand de 1640 a 1643, herederos de Prost de 1644 a 1649 y Pierre, el hijo de Philippe Borde a partir del 1661. En 1663 se une Guillaume Barbier hasta su muerte en 1665[22].
En cuanto Laurent Arnaud, fue hijo de un procurador, aprendió el oficio en el taller de Laurent Durand, también fue magistrado municipal de Lyon entre 1679 y 1980.
La compañía Arnaud-Borde funcionó en conjunto durante 29 años (1640-1669), en cuyo tiempo imprimieron y editaron más de 7500 ediciones.
Catalogus Librorum facultatum ómnium: qui venales reperiuntur in Officina et Societate Philippi Borde et Laurenti Arnaud Bibliopolarum Lugdunensium, usque ad hunc Annum 1662
Los catálogos impresos de editores son la manera más efectiva de conocer el elenco de obras editadas. En el caso de los impresores Ainaud-Borde, se conserva un catálogo datado en el 1662 en la biblioteca de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid[23].
El Catalogus Librorum se consta de 445 páginas e incorpora un índice con la organización por temáticas de los libros disponibles. Está escrito en latín y se organiza en 10 temáticas:
- Libri Theologici
- Libri Iuridici
- Libri Medici
- Libri Philosophici
- Libri Historia sacra et prophana
- Libri Politici et Morales
- Libri Mathematici, Astronomici, Arithmetici, Geographici
- Libri Humaniores, Grammanici, Poetici, Rhetorici
- Libri italici
- Libri hispanici
Los títulos se encuentran ordenados alfabéticamente por nombre de autor. El recuento total de las obras que recoge este catálogo, hasta la fecha de edición es de 7495. Hay una preponderancia en la cantidad de libros teológicos en comparación con el resto de títulos, así como mayor volumen de publicaciones en el siglo XVII.
Es interesante remarcar los dos últimos apartados del índice, dedicados a obras en español e italiano. Este dato supone una gran abertura comercial supra territorial, así como la importancia de las obras de autores hispanos durante el siglo XVII.
Como apunte final, la obra Operum Medicinalis, editada por primera vez en 1665 no aparece en la sección de medicina de este catálogo[24], pues se editó en 1662, tres años antes que la Operum Medicinalis de Pedro Miguel de Heredia.
Conclusiones
Una portada es un único folio que da muchas más páginas para hablar de él. La portada es el inicio de un trabajo que dura meses y años, pero simboliza el pasaporte al conocimiento y al reconocimiento de sus autores. Este trabajo se ha desarrollado a partir de la elección más o menos arbitraria de una portada totalmente descontextualizada. El objetivo, recopilar información sobre los editores, el contexto, su historia. Ha sido un trabajo unir todas las piezas del puzle que componía este “pequeño misterio”.
Esta portada contenía mucha información que la hacía interesante para trabajar, no sólo a nivel textual, a nivel visual ya abría muchos sugerentes caminos para indagar y entender poco a poco el contexto en el cual fue creado. La estampa que utilizan los editores Arnaud-Borde supone la culminación de un pensamiento muy anclado a la sabiduría proclamada por los padres de la iglesia, la continuidad de la validez de la Virtud mediante el lema: “SEMINA FORTUNAE GEMINAT CUM TEMPORE VIRTUS”. Su ubicación en un libro no es más que la reafirmación en formato visual del conocimiento guardado en esos cuatro tomos, fruto del intelecto del doctor Pedro Miguel de Heredia.
Esta primera edición del Operum Medicinalium de 1665 al cual pertenece esta portada, da pie a entender que Arnaud-Borde fueron los primeros impresores en editar la obra de Heredia, pues él murió en 1655, la obra tiene la condición de póstuma. Este hecho indica la atención puesta a las novedades europeas de gran calidad y su interés por abarcar territorio internacional, más allá de las fronteras francesas.
El camino que recorrió este Tomus Tertivs para llegar hasta la Barcelona del siglo XXI es incierto. Una marca de propiedad ha sido escrita: “Ex – Libris Do[minus] Petri Batlle Reusensis”. Las hipótesis señaladas por mi criterio no tienen más validez que la de conjeturar un hecho y darle un significado lógico en su contexto. Reus, al igual que Lyon en el siglo XVII fueron ciudades importantes dentro de su categoría “provincial”, las cuales tuvieron un comercio internacional muy activo. Sería aventurarse demasiado decir que su llegada a Reus se justifica mediante las invasiones francesas que sufrió la península en la segunda mitad del XVII. Se conoce que el comercio era muy activo entre ambos países, pero no hay que negar que se trató de un siglo ciertamente convulso para España y esta rivalidad con Francia podría haber afectado a las rutas comerciales más frecuentes, imposibilitando el flujo mercantil por tierra e incluso por mar.
[1]BRAÑA, R.A, Siglas y abreviaturas latinas con su significado por orden alfabético de un catálogo de las abreviaturas, Georg Olms Verlag, Darmstadt, 1978.
[2] REYES GÓMEZ.F, El libro antiguo, Síntesis, Madrid, 2003 pp. 22
[3] Se trata de una edición posterior, la de M.DC.LXXXIX con Petri Borde, Joan y Petri Arnaud
[4] REYES GÓMEZ.F, op.cit, pp. 22
[5] MÂLE. É, El Arte religioso de la Contrarreforma: estudios sobre la iconografía del siglo XVI y de los siglos XVII y XVIII, Encuentro, Madrid, 2011, pp. 254
[6] REVILLA.F Diccionario de iconografía y simbología, Cátedra, Madrid, 2010, pp. 275
[7] REVILLA.F, op.cit, pp.649
[8] REVILLA.F, op.cit, pp.701
[9] CARMONA MUELA.J, Iconografía Clásica, Akal, Madrid, 2008, pp.254
[10] Los Rigaud fueron una importante dinastía de libreros en Lyon. Pierre Borde se casó con la hija de Claude Rigaud, podría representar la asociación de Rigaud en el taller.
[11]REYES GÓMEZ.F, <<Con privilegio: la exclusiva de edición del libro antiguo español>>, Revista General de Información y Documentación, Vol.11,2, 2001, pp.165
[12] No ha sido posible localizar una lista de la relación de alcaldes en Reus durante el siglo XVII. Debido a la violencia vivida en la zona del Camp de Tarragona durante ese siglo, como la guerra dels Segadors (1630-1640) y diversas ocupaciones francesas alrededor de 1690, los modelos de gobierno local se verían modificados constantemente. Para saber más: GRAU I PUJOL.M, PUIG I TÀRRECH.R, Immigració estrangera a Catalunya des d’una perspectiva local: Reus, segles XVI-XX, Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics (Barcelona, IEC), nº XVIII, 2007, pp.93-108
[13] Morell, Josep. El municipi reusenc en el set-cents. Reus: Centre de Lectura, 1991, pp. 68-69.
[14] BERNABEU MESTRE. J, Tradición y renovación en el pensamiento y obra del Dr.Pedro Miguel Heredia (1579-1655), Acta Hispanica ad Medicinae Scientiarumque Historiam Illustrandam,Vol 7-8, 1987-88, pp. 119 (para la bibliografía la paginación va de 117-143)
[15] Ver nota 1 en el apartado “Notas y enlaces web”.
[16] Los cuatro tomos de la edición de 1673 se encuentran digitalizados por la biblioteca de la Universidad de Barcelona. Ver nota 2 en el apartado “Notas y enlaces web”.
[17] Ver nota 3 en el apartado “Notas y enlaces web”.
[18] Ver nota 4 en el apartado “Notas y enlaces web».
[19] STEINBERG.S.H, Five hundred years of printing, British Library, 1996, pp.90
[20] VINGTRINIER.A, Histoire de l’imprimerie a Lyon, de l’origine jusqu’a nos jours, Adrien Storck, Lyon, 1894, pp. 323
[21] CLEMENTE SAN ROMÁN.Y, Los catálogos de librería de las sociedades Anisson-Posuel y Arnaud-Borde conservados en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, Revista General de Información y Documentación, Vol.20 (2010), pp.354
[22] MARTIN.H-J, CHARTIER.R, Histoire de l’édition française, Promodis, Paris, 1982-86, vol.I, pp.282
[23] No es el caso de la Sociedad Arnaud-Borde, pues en sus diversas ediciones consta que se realizaron en Lyon.
[24] CLEMENTE SAN ROMÁN.Y, op cit. pp.364
Bibliografia
BARBIER, Frédéric. Histoire du livre, A.Colin, Paris, 2000.
BERNABEU MESTRE. J, <<Tradición y renovación en el pensamiento y obra del Dr.Pedro Miguel Heredia (1579-1655)>>, Acta Hispanica ad Medicinae Scientiarumque Historiam Illustrandam,Vol 7-8, 1987-88, pp. 117-143
BRAÑA, R.A, Siglas y abreviaturas latinas con su significado por orden alfabético de un catálogo de las abreviaturas, Georg Olms Verlag, Darmstadt, 1978
BORDE.P, LAURENT.A, Catalogus librorum facultatum omnium: qui venales reperiuntur in Officina et Societate Philippi Borde et Laurentii Arnaud bibliopolatum lugdunensium usque ad hunc annum 1662, Lyon, 1662
CAILLE.J, Histoire de l’imprimerie et de la librairie (1689), Genève, 1971
CARMONA MUELA.J, Iconografía Clásica, Akal, Madrid, 2008,
CLEMENTE SAN ROMÁN.Y, <<Los catálogos de librería de las sociedades Anisson-Posuel y Arnaud-Borde conservados en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense>>, Revista General de Información y Documentación, Vol.20 (2010), pp.353-389
HEREDIA. P-M, Operum medicinalium., sumptib. Philippi Borde, Laurentii Arnaud, Petri Borde et Guill. Barbier, Lyon, 1665
LAVOYE.M, Histoire Du libre, de l’imprimerie, de l’illustration, de la reliure: cours supérieurs pour bibliothécaires, Liège, [19–?]
LEPREUX, G. Gallia typographica: ou, Répertoire biographique et chronologique de tous les imprimeurs de France depuis les origines de l’imprimerie jusqu’à la révolution. H. Champion, 1911.
MARTIN.H-J, CHARTIER.R, Histoire de l’édition française, Promodis, Paris, 1982-86, vol.I
MARTIN. H-J; CHARTIER. R; VIVET. J-P, Histoire de l’édition française: Le livre triomphant, 1660-1830. Fayard, Paris, 1983.
MÂLE. É, El Arte religioso de la Contrarreforma: estudios sobre la iconografía del siglo XVI y de los siglos XVII y XVIII, Encuentro, Madrid, 2011
MORELL.J, <<El municipi reusenc en el set-cents>>. Reus: Centre de Lectura, 1991, pp. 68-69.
RITTER.F, Histoire de l’imprimerie alsacienne aux VXe et XVIe siècles,Strasbourg, 1955
REVILLA.F Diccionario de iconografía y simbología, Cátedra, Madrid, 2010
REYES GÓMEZ.F, El libro antiguo, Síntesis, Madrid, 2003
REYES GÓMEZ.F, <<Con privilegio: la exclusiva de edición del libro antiguo español>>, Revista General de Información y Documentación, Vol.11,2, 2001,
STEINBERG.S.H, Five hundred years of printing, British Library, 1996
VINGTRINIER.A, Histoire de l’imprimerie a Lyon, de l’origine jusqu’a nos jours, Adrien Storck, Lyon, 1894
WERDET.E, Histoire du livre en France depuis les temps Histoire du livre en France depuis les temps les plus recul s jusqu’en 1789. Partie 3. Tome 2. Les Didot. Leurs devanciers et contemporains. 1500-1789, Paris, 1864
Notas y enlaces web
Nota 1. Enlace a la edición de 1665:
Nota 2. Enlace a la edición de 1670:
http://cataleg.ub.edu/record=b1847525~S1*cat
Nota 3. Enlace a la edición de 1688-89:
Nota 4. Enlace a la edición de 1690:
Nota 5. Enlace al catálogo de libros Arnaud-Borde:
Nota 6. Enlace al índice de la Universidad de Pennsylvania: